La acreditación es un proceso periódico de evaluación, al cual se someten voluntariamente los prestadores que cuentan con autorización sanitaria vigente, tales como hospitales, clínicas, centros médicos y laboratorios independientes, respecto al cumplimiento de un conjunto de estándares de calidad fijados y normados por el Ministerio de Salud.
Dicho proceso de evaluación es ejecutado por entidades acreditadoras autorizadas y fiscalizadas por la Superintendencia de Salud y que se encuentran inscritas en el Registro Público de Entidades Acreditadoras disponible en www.supersalud.gob.cl
Esta acreditación establece estándares y protocolos definidos y elaborados por el Ministerio de Salud en colaboración con el Instituto de Salud Pública ISP de la Superintendencia de Salud y por los propios prestadores, que permiten garantizar la seguridad y calidad en la atención de las prestaciones durante todo el proceso, desde la toma de la muestra hasta la entrega y notificación de resultados mediante estándares y protocolos establecidos que permiten evitar que ocurran eventos adversos y minimizar errores de procedimiento.
El propósito de la acreditación es evitar o disminuir situaciones que pueden producirse, comunmente, en los laboratorios clínicos que no están acreditados en calidad, casos como la no notificación de exámenes críticos, entrega de resultados erróneos o la mala identificación de las muestras, entre otros.
Esta medida implica fortalecer aún más la confianza de los pacientes sobre la calidad prestada por los laboratorios clínicos. Los frutos de este trabajo, no sólo harán posible que la ciudadanía cuente con resultados confiables y trazables, sino también que el personal clínico pueda orientar de mejor forma sus diagnósticos para la aplicación del tratamiento más adecuado y correcto.
Una vez que el laboratorio se acredite en calidad, la Superintendencia de Salud en coordinación con el ISP serán los encargados de fiscalizar que se mantengan los requisitos por los que el laboratorio clínico obtuvo la acreditación, la cual tiene una vigencia de tres años.
Pasado este período, el laboratorio clínico deberá someterse a una nueva acreditación, pero esta vez con un mayor número de exigencias para las que se requiere un mínimo de 95% de cumplimiento o más.
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